Vivimos en un mundo demasiado lógico donde imaginar parece un acto de locos y enfermos.
A veces, solo haría falta recetar sueños para curar las enfermedades del alma. Dejarse llevar no es malo, lo malo es matarse con silencios que oscurecen nuestros sentimientos y vacían el corazón.
Con todo mi cariño, deseo que el próximo año dejemos atrás los miedos y lo correcto y sembremos felicidad con la semilla de los sueños.
FELICES FIESTAS
Encarna Magín
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